domingo, 26 de julio de 2009

Fiestas Patrias en Marcaconga

Esas Fiestas Patrias, hace más de 15 años, no quisimos quedarnos al tanto del discurso presidencial de turno y optamos por salir de Cusco, rumbo a Acomayo. El viaje no era corto, sobre todo porque la carretera se tornaba en trocha a partir de cierta parte.
Cuando empezamos a cruzar los pueblitos del camino nos dimos cuenta que las casas habían sido arregladas para la ocasión. La mayoría de paredes de adobe estaban recubiertas de la leche blanquecina de cal. En las más entusiastas se había escrito encima lemas tales como Viva el Perú Viva el 28 de julio y había incluso dibujos de banderas y escudos.
Cuando llegamos cerca a la Comunidad de Marcaconga, nos dimos cuenta que estaba por empezar el desfile. Nos apostamos en la Plaza Principal como únicos espectadores trepados a la camioneta y poco a poco, el caos se volvió orden. Mientras la banda, apostada en una esquina, tocaba una tras otra marchas conocidas, vimos desfilar a todo el pueblo. Empezaba la Junta Directiva de la Comunidad Campesina, con su estandarte y su banderola oficial. Seguían los centros educativos de nivel inicial, primaria y secundaria, con sus maestros y sus estandartes cada uno. Luego le tocó a las diferentes organizaciones y grupos de la comunidad, las mujeres del Club de Madres y el Comité de Vaso de Leche, los antiguos mineros con sus cascos puestos, el equipo de futbol perfectamente uniformados y con su pelota en la mano, el comité de agua potable, el comité de iglesia, entre otros. Cerrando con broche de oro, los licenciados del ejército, todos luciendo sus uniformes respectivos, hasta los más viejitos con esos uniformes de paño de lana verde perico, que sólo había visto en los museos.
Nunca antes ni después me he dado cuenta del sentido de un desfile patrio. Hasta ahora recuerdo la sensación de que estaba ante algo extraordinario y al mismo tiempo tan simple como ver a todo un pueblo organizado para desfilar y celebrar el día de la patria con tanta determinación y compromiso.
Lástima que no hay fotos ni filmaciones de esa experiencia, pero el recuerdo regresa cada vez que se acercan las fiestas patrias y le da un poquito de sentido a la celebración.

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